“La gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará como la hiciste sentir”, creo que nadie ha podido expresar mejor en una frase el efecto que genera el storytelling en las personas. Pero bueno, empecemos por el principio, una pequeña definición para situarnos en el contexto. El storytelling como técnica de comunicación se refiere al arte de contar una historia usando un lenguaje sensorial, creando un surtido de emociones positivas para que las marcas y sus mensajes principales conecte con el publico objetivo. De esta manera, conseguimos que la marca quede ligada en la mente del consumidor y la interiorice de una manera más efectiva obteniendo unos mejores resultados de engagement. Resumiendo, tus clientes no compran el producto o servicio que ofrezcas en sí mismo, sino que adquieren la emoción concreta que les hagas sentir como marca. Es este el motivo por el que debemos contar siempre con una brand story potente que contenga:los valores propios de marca, un elemento que desencadene el efecto emotivo, un lenguaje emocional, la característica diferenciadora que te hace destacar como marca, entre otros.

Objetivos de la técnica. ¿Qué generamos con el Storytelling? (CECI)
Todas las estrategias de marketing tienen sus propios objetivos distintivos y el storytelling no se queda atrás. Evidentemente, con ella buscamos lo más básico: vender pero, sobretodo, fidelizar a nuestros clientes. Pero, a diferencia de todo otro surtido de técnicas, está lo hace de forma indirecta.
- Curiosidad: Toda técnica de storytelling, si se realiza como es debido, generará curiosidad en los públicos objetivos. Normalmente, las personas tenemos ansias de conocer aquello que ignoramos. Es algo instintivo e innato, que viene intrínseco en nosotros por naturaleza. De hecho, según el estudio titulado “The Hunger of Knowledgte”, elaborado por un grupo de científicos del Caltech, somos más curiosos cuando solo sabemos de un determinado tema y es lo que nos ha llevado a lo largo de la historia a descubrir los mayores hallazgos de la humanidad. No obstante, debemos tener en cuanta el contexto de saturación informativa (tanto de origen publicitario o de otros) en el que diariamente nos bombardean con centenares de impactos. Por ese motivo, debemos destacar entre el resto para poder captar esta curiosidad que tanto nos define como especie.
- Empatía. Este segundo paso es conocido como la capacidad que tenemos de ponernos en la piel del otro, de sentir y comprender kas vivencias, emociones y sentimientos del otro gracias a la identificación. Y es, de hecho, lo que debemos conseguir en este paso: que el publico objetivo conecte de alguna manera con la historia que contamos y con los protagonistas de la misma.
- Confianza. Las personas somos seres de costumbres. Por norma general, no nos gusta asumir riesgos y llevamos una vida diaria tranquila. Se trata de un aspecto característico propio, de la misma manera que sucedía con la curiosidad, y debemos conseguir despertarla en el conjunto de personas que forman nuestro público objetivo. Por eso mismo, a través de la historia no debemos simplemente emocionarlos, sino que también debemos transmitirles una sensación de profesionalidad y de buen hacer como marca.
- Influencia. Es aquí donde establecemos la ultima parada en el camino, en la que buscamos que el público objetivo, sienta, piense o haga aquello que pretendemos como marca. Gracias a esta influencia, los clientes nos tendrán como referente en el momento de compra de productos y, los finalizaremos de manera que se aumente el numero de ventas e, incluso, reforzaremos la presencia de la marca en el mercado.
Damos un paso más, del Storytelling al Storydoing
El storydoing es la técnica que supone una evolución natural del storytelling para que la gente, en vez de escuchar una historia, pueda vivirla en sus propias carnes. No estamos hablando de eventos, ni de patrocinios, sino que, aunque si pueden establecerse como herramienta, hablamos de metodologías que requieren una interacción directa con los públicos, que pasan de ser unos simples espectadores a participantes totales y absolutos. Se deja de lado la mera contemplación a la que estaban acostumbrados para pasar a ser unos colaboradores.
Esta técnica está empezando a utilizarse en el sector del marketing y ya son algunas de las empresas y marcas que se suben al carro de las experiencias. En el sector digital, en concreto, es en el que más ha impactado esta novedosa técnica como evolución del propio ámbito que engloba las redes sociales. Hay ocasiones en las que contar algo, tiene menos fuerza que protagonizarlo. Para ello, no basta con contratar influencers o hacer stories interactivos, sino que debemos lograr que una acción en concreto implique al mayor número posible de nuestros usuarios y conseguir que se conviertan en embajadores de la marca.
Un ejemplo de Storydoing: El salto de Redbull
No podemos finalizar este artículo sin explicar la experiencia de una de las empresas pioneras en esta técnica de marketing: Red Bull.
Red Bull Stratos fue una campaña pionera en el ámbito en la que un hombre ascendió en una cápsula con globos y que, tras llegar a una altura desorbitada, saltó al vacío y descendió a velocidad supersónica aterrizando sano y salvo en tierra. De esta manera, en el momento en el que esto sucedía, antes y después, miles de tuits, escenas grabadas en YouTube, textos en Facebook, mensajes de Whatsapp inundaron cualquier aparato electrónico. Fue así como miles de personas fueron protagonistas de uno de los acontecimientos digitales más importantes del mundo.