Franquicias. Mejor no.

Franquicias. Sí, esas tiendas que aparecen y desaparecen como por arte de magia. Esos locales multiusos que antes fueron Compro Oro, luego tiendas de cigarrillos electrónicos y ahora tiendas de jabones supuestamente naturales a granel.

Franquicias. Este último apartado recóndito explicado en el cuadradito de abajo a la izquierda en tu manual de emprendedor.

Franquicias. Franquiciador. Franquiciado. Franchise en inglés. ¿Te suenan estas palabras? ¿Tienen algún significado para ti? Si has respondido que sí, debes leer esto. Si has respondido que no, también debes si no quieres equivocarte.

Estos últimos días hemos podido leer en algunos periódicos que las empresas matrices de algunas las franquicias más conocidas están a punto de hundirse. Concretamente en casos de comida preparada y de supermercados. Todo esto, sumado a mi TOC por estar al día de lo que hacen y no hacen las marcas que sigo, hace que hoy me haya puesto gabardina y sombrero para investigar en este mundo y sacar algunas conclusiones.

Antes de entrar en el análisis me gustaría dejar unos conceptos claros.

Una franquicia es según el DRAE: una concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada. Es decir, habrá una empresa matriz – el franquiciador – y una empresa que explota – el franquiciado -. Siempre debe cumplirse esta norma. Hay empresas muy grandes que no son franquicias. Inditex no es franquicia, todas sus tiendas pertenecen fiscalmente a la empresa matriz. Mercadona no es franquicia. Nespresso no es franquicia, etc. Así pues, decir que en un centro o calle comercial abundan las franquicias puede no ser del todo cierto. Pueden abundar los comercios de cadena por encima de los tradicionales (la lencería de la Paqui o taller del Manolo) pero por norma general es muy difícil que haya muchas franquicias contiguas.

Serían ejemplos de franquicias: muchísimas cadenas de restauración, algunos supermercados, algunos centros de estética, panaderías-cafeterías, algunos talleres de automóvil, algunas inmobiliarias, etc.

Aclarado esto, he decidido tratar desde tres puntos de vista las franquicias: emprendedor, márketing y social.

Emprendedor:

Si vas a emprender, no te pongas una franquicia, hazte el favor. Tienes muchas ideas en tu cabeza y un proyecto único. ¿Vas a sacrificarlos por gestionar el negocio de otro, con las ideas de otro y con los precios que el otro te diga? Es que no puedes ni elegir la decoración del local. Por norma general hay que abonar un canon de entrada y estarás siempre atado a la compra del producto o material a la empresa a matriz. La empresa matriz fija los precios y deciden tu no-beneficio. Sí, no-beneficio. ¿Más allá de los restaurantes de la M americana cuántos casos de éxito hay? Sólo un 5% de tiendas de cigarrillos electrónicos de franquicias siguen hoy abiertas.

Como franquiciador puedes plantearte que otros pongan en expansión tu negocio, es muy tentador. Te pagan una buena entrada. Te lo compran todo a ti. Y tu marca alrededor del mundo. Una vez empiezas no puedes parar. Te haces grande. Pero poco a poco vas perdiendo el control de tu negocio hasta que de aquellos valores iniciales de la marca no queda nada. Recuerda que la idea es tuya y no de los franquiciados y el daño te lo hacen a ti. Un restaurante sucio de un solo franquiciado afecta toda tu red y tu marca. La mayoría de reclamaciones que se procesan vía judicial son de restaurantes franquiciados. Algo falla. Controla tu negocio, no lo cedas.

Márketing:

Si bien es cierto que con la expansión del negocio el nombre resulta familiar y conocido por todo el mundo bien rápido, por norma general, cuesta de hacerse un hueco sano entre la sociedad. Se hace una publicad en una red social y leemos que la promoción solo está disponible en los restaurantes adheridos. Unos sí, y otros no. O bien que algunos franquiciados deciden no seguir siempre los mismos horarios. Todo eso hace mucho daño a la marca. En el caso de restauración, no hay a día de hoy ninguna empresa matriz que tenga una valoración de excelente en los principales portales de valoraciones en Internet. ¿Por qué será?

Social:

Sabemos que las necesidades cambian y las formas en que las satisfacemos también, en el ámbito de lo social, la franquicia se percibe como algo que atenta a los otros negocios. Sin ir más lejos, la proliferación de cafeterías-panaderías de franquiciado en la zona de levante hace que en algunas ciudades la cantidad de locales de este tipo sea preocupante. ¿Hay tantas personas para tantos packs de tres napolitanas a 1,5€? Con unas condiciones de trabajo pésimas, pero esto es otro tema. En la zona sur, la cadena que ofrece cien tipos de minibocadillos está ocupando aproximadamente un local en cada gran edificio y siempre presente en centros comerciales. En términos generales, podríamos decir que las franquicias son el gentrificador del comercio local.

España es uno de los países con más franquicias abiertas. De hecho, hay multitud de ferias anuales dedicadas a ello, a la inversión en la franquicia, al traspaso de negocios. Y según datos del buscador Google, “franquicias baratas de éxitocomo búsqueda se lleva la palma en este país.

Será la promesa que nos hacen: marca conocida, proyecto seguro y viable, facilidades en la financiación, control del márketing desde la empresa matriz. Pero dándole la vuelta a mi me sale: marca de otro, proyecto que necesita inversión, obligación de deuda, sin control de los precios.

No pierdas el tiempo.

Volviendo al principio y recapitulando, por norma general, este tipo de negocios tiene una vida corta. El franquiciado normalmente no obtiene el beneficio esperado y la empresa matriz no controla su flota. Dicho de otro modo, a la larga, ambos acaban hundiéndose.

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